lunes, 15 de agosto de 2011

Fiestas, trabajos y cine


No cabe duda de que, como en todos los lugares del mundo, India tiene sus propias fiestas nacionales. El día 15 de Agosto se celebra el Día de la Independencia, día en el que este país pasó a autogobernarse después de más de cuatrocientos años de dominación europea,  dejando a un lado al gobierno británico que hasta aquel momento ejercía como patrón de un país “caramelo” para todos los demás estados; no hace falta recordar que Colón intentaba llegar a India por un camino más corto cuando se encontró con el Nuevo Mundo y lo colonizó, que no lo descubrió. Desde ese momento, el 15 de Agosto de 1947, hace hoy sesenta y cuatro  años, India pasó de ser una parte de la toda poderosa Inglaterra a un país adolescente recién salido de casa de sus progenitores con ganas de crecer y realizarse como nación, sin la supervisión de nadie. El 89,5% de los indios consideran este día como el más importante de su historia; el sentimiento patriótico aquí es grande y la sensación de libertad hace que los indios amen a su tierra como a sus Dioses, prueba de ello era la cantidad de banderas naranjas, blancas y verdes que adornaban la ciudad y las vestimentas de casi todos los transeúntes.


Mucha gente del campo emigró a las grandes ciudades, como Mumbai, para encontrar un futuro mejor, una nueva oportunidad en la vida, lejos de la pobreza y del hambre, pero como a tantos inmigrantes, estos dentro de su propio país, la pobreza les siguió y se instaló en sus vidas para siempre. 




No es raro ver familias enteras durmiendo a las orillas de las carreteras, bajo plásticos, en el mejor de los casos, sino a la intemperie.







Los trabajos aquí son de lo más variopinto: las tiendas que te encuentras por las calles están mezcladas como si de un centro comercial callejero se tratara; una tienda de móviles, a su lado una que vende ladrillos, otra que trata con cereales y legumbres de todos los tipos, camiserías, farmacias que venden leche o patatas fritas junto a cualquier medicamento, obviamente.  En la misma acera, enfrente de las tiendas están los vendedores ambulantes con sus frutas, cafés, cazuelas llenas de te, vegetales (que te recomiendan lavar con lejía, por si las moscas). Y también hay tiendas que no se muy bien lo que venden, por más que intento descifrarlo no lo consigo; allí está un señor sentado, sin nada alrededor, mirando por la ventana, algo difícil de comprender aunque seguro que algún sentido tiene.
 En una acera de doscientos metros puedes encontrar todo lo que quieras y sino con doblar la esquina seguro que allí lo tienes. Son mercaderes y como tal se pasan el día con la compra-venta y el regateo. Hay trabajos mucho más duros de lo que uno se pueda imaginar; ves a un chico tirando de un carro lleno de bombonas de butano entre todo el tráfico, a su lado pasa otro con fardos de no se sabe que en la cabeza que posiblemente doblen su altura. Recogedores de basura en los contenedores intentando rescatar bien sea comida o material para reciclar a cambio de unas pocas rupias. Hay infinidad de trabajos, sin seguridad social ni lugar a ponerte enfermo, y ellos simplemente lo hacen, sin protestar.




Sin duda alguna, las personas más encantadoras de esta ciudad son los niños. Les encanta ver una cámara de fotos y posar para ella; les gusta sonreírme cuando nos cruzamos entre la multitud. El otro día una niña de nos más de diez años me encontró por la calle y decidió acompañarme un poco en mi camino de vuelta a casa. Me iba preguntando de donde venía, a qué me dedicaba; también me preguntó por mi nombre y ante la imposibilidad de repetirlo simplemente sonrió, como si no importará como te llamas para poder entablar una amistad de cinco minutos. Hacen la vida tan fácil que muchas veces pienso en todo lo que tenemos que aprender de ellos. Me hace gracia estar comiendo, tranquilamente en un bar y ver como alguien se acerca, me mira y me dedica una sonrisa, que sin duda, hace que disfrute, más aun si cabe, de la deliciosa comida india.




Niños y no tan niños posan encantados

Mi casa está situada en un típico barrio indio, de mano creo que no he visto todavía a ningún blanquito por aquí. Vivo en un edificio de catorce plantas en el cuarto piso. La casa tiene una habitación ocupada por mi compañero de piso Aman, un chico del norte de India y con el que desde el principio he mantenido una muy buena relación. Hay una cocina, un servicio y un baño con una ducha que también se utiliza para lavar la ropa. El salón hace la función de entrada a la casa y también es mi habitación. No tengo una cama como tal, duermo en un sofá, pero estoy en India ¿de qué me puedo quejar? Tenemos la suerte de tener agua durante todo el día ya que disponemos de un tanque que todas las mañanas llenamos; aquí el agua es un bien muy preciado y solamente se dispone de ella desde las seis y media hasta las ocho y media de la mañana.
y pensar que me multaron por tirar una colilla al suelo...
Motoristas resguardándose de la lluvia

 






Mucho nos queda por aprender de los animales











Y como todo el mundo sabe, aquí en Mumbai se encuentra la mayor factoría de cine del mundo, Bollywood. Ayer, ni corto ni perezoso, me acerqué a uno de los estudios de este famoso mercado cinematográfico. Quería preguntar como hacer de extra en una película, pero creo que no elegí el sitio adecuado. Intenté entender a la mujer que estaba en la recepción de aquel lugar, no sin antes tener que convencer a los dos guardias de seguridad de que solamente venía a informarme. Y lo que entendí es que hay que ponerse en contacto por escrito primero; repito, eso es lo que entendí, así que eso haré para convertirme en un auténtico extra de Bollywood. Con esto de que España está de moda aquí, gracias a  la película rodada por esas tierras  y la canción de moda en India es su banda sonora, que sin quererlo ni beberlo lanzó al estrellato a María del Mar Fernández, intentaré aprovechar el tirón y demostrarles que mi notable en la asignatura de  teatro en la época del instituto no fue fruto de la casualidad; sacaré al Alfredo Landa que llevo dentro y me marcaré unos bailes al más puro estilo indio: coreografías muy movidas y bailes dignos de elogio, ya que un día intenté imitarlos y casi termino en el  suelo. Todo en esta vida es práctica, claro está. Así que quién sabe, cualquier día me veis haciendo el indio en una de sus múltiples películas… ¿os imaginais? Estrella invitada: Berni Laplage J
El futuro está por decidir.


Incongruencias II









Graffitis









Los de seguridad de mi trabajo ¡qué buena gente!


Algunos de los camareros donde suelo comer por semana. El sacar la cámara se convierte en todo un acontecimiento




Motocarros llenos de bombonas de butano
Van dos en moto y cae el del medio...


























FELIZ SEMANA

1 comentario:

Anónimo dijo...

feliz semana pa ti tb, que ricos los niños
un besin
rgp