viernes, 23 de septiembre de 2011

A nadie amarga un dulce


Siempre he sido una persona impaciente, cuando algo pasaba por mi cabeza tenía que hacerlo en ese momento; cuando un acontecimiento estaba por llegar, lo único que quería era que pasaran los días hasta la fecha señalada. Quería vivir todo muy rápido, sin pensar que si no disfrutaba de esos días que tanto me empeñaba en que pasaran volando, dejaría escapar la oportunidad de disfrutar momentos que nunca volverían a ser vividos. Un par de meses antes de venir a este país, me propuse intentar dominar mi impaciencia ¿por qué correr tanto si lo importante es llegar? me dije a mi mismo como recordatorio a utilizar cuando la prisa llamara a mi puerta. Y la verdad que no me costó mucho aclimatarme a ese nuevo estado que estaba empezando a conocer, la paciencia, y digo que no me fue difícil ya que los resultados empezaron a llegar rápidamente, como si fuera el destino el que se quería dar prisa para que me diera cuenta muy pronto de que las cosas con calma se llevan mejor. Y el ejemplo más claro fue, que gracias a la paciencia (y a un poquito de suerte también) la oportunidad de venir a India apareció como por arte de magia. Recuerdo que estaba en Francia trabajando y un crack de la vida me llamó para decirme que me habían concedido la beca. ¡¡Cómo lloré!!... y grité y salté y le di gracias a la paciencia por hacer tan bien su trabajo. Me quedaba poco más de un mes para saltar a este mundo tan distinto y era la hora de poner a prueba más que nunca  la capacidad de controlar los nervios. El instinto salió de su letargo y los nervios se apoderaron de aquella habitación en la que me encontraba. La impaciencia asomaba la cabeza… así que recuerdo que escribí un email a mis amig@s contando la nueva aventura en la que estaba destinado a embarcarme, y de este modo apaciguar el fuego que en ese momento ardía dentro de mí. Respiré hondo…

Desde que estoy aquí no he sentido el placer que produce dormir en una cama, mi amigo el sofá me acurruca todas las noches mientras sueño como nunca lo había hecho; supongo que aquí se magnifica todo, y tu cerebro ve tantas cosas nuevas día a día que por algún lado tiene que explotar.

Vista desde Taj Mahal Hotel
Vista desde mi casa
Ayer organizamos en el trabajo un evento para promocionar el turismo de España en India y a la verbena acudieron ilustres personalidades tanto políticas como artísticas, y como a mi lo que me gusta es el arte, vamos a dejar de lado el otro lado. Un “peaso” de artista de la talla de Jesús Carmona nos deleitó junto con Kike, percusionista, de un espectáculo que me dejó con el alma “aflamencá”. Dos jóvenes con un pasado, un presente y un futuro lleno de magia y arte unidos por la música. También dio un pequeño concierto Maria del Mar, la cantante del exito en Bollywood de “Señorita”.  Y fue al final de este concierto cuando el fruto de la paciencia apareció. Acompañé al bailaor y al mago del cajón al aeropuerto, y a pesar de haber demostrado que eran unos grandes artistas me demostraron ser dos tíos “cojonudos” y  me ofrecieron una habitación que se quedaba libre aquella noche en el Taj Mahal Hotel de Bombay.

 


Le sería infiel a mi sofá, aunque solo fuera por una noche. Dormí en aquella cama como si no hubiera mañana, tenía tantas almohadas que las rifé para ver con cual de ellas pasaría aquellas seis horas que me quedaban antes de ir al trabajo, envuelto en sabanas blancas recién planchadas. Otra vez más, la paciencia dormía a mi lado, esta vez y por primera vez, en un hotel de lujo. Y soñé muy profundo.



Muy grandes


Y la paciencia también ha querido premiar a mi querida prima. Años esperando el momento de venir a este país y por fin ya lo está viviendo; y gozando… ¡¡y lo qué te queda prima!! Nos vemos el viernes en Goa!!

Paciencia. Y todo llega.
Suerte y salud. Y por supuesto un MUY BUEN FIN DE SEMANA

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Menuda pedazo piltra no!!! Un abrazo paciente!!
Barba

MJ dijo...

Embobá me quedo leyendo tus aventuras en la India.
Esperaré 'pacientemente' la próxima entrega :-)

Un abrazo, Berni.

Noelia dijo...

Berna,

Paciencia, paciencia que todo llega!!!! ¿me lo vas a decir a mi? jajaja. Un besete,

Nieves Martín dijo...

Resulta tan emotivo la importancia que le das a dormir en una cama que resulta enternecedor a la misma ves que sorprendente, no nos damos cuenta de las cosas que tenemos hasta que escuchamos relatos como el tuyo.

Me ha gustado saber que Maria del Mar ya está danddo sus conciertos alli porque hace poco, un mes mas o menos, la vi en un reportaje que esplicaba lo asombrada que estaba ante la noticia que era archi famosa tan lejos de casa, me alegro por ella.

También me alegro de que tu prima haya conseguido su meta.

Y que tu paciencia tubiera exito!!!

Berni, cuidate.
Suerte y salud :)

Berni La Plage dijo...

Barba: como dormí ahí, como un raposu en reposu ;) un abrazo crack;)

MJ: que me diga eso una artista como tu me llena de satisfación!!! Un abrazo y gracias!!

Noe: a ti te voy a hablar de paciencia!!! pero sabes que al final te espera un regalo único!! Ánimo cuñi!! muacks

Muerte Roja: eso que dicen que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes es tan real como la vida misma ¿no crees? Imagínate lo que dirían todos los que duermen en la calle? Matarían por mi sofa;) María del Mar estaba feliz con estar aquí. Está viviendo un sueño que ojalá le dure. Un paciente saludo milenario ;)

Goyo dijo...

Qué bueno... La verdad es que soy como tú de impaciente. A veces me quiero comer la vida a bocados y, al final, suele ser ella la que nos acaba devorando.

Sigue disfrutando de tus sueños.