martes, 29 de noviembre de 2011

Siempre nos quedará Mumbai


Cuando parece que la rutina se apodera de tu día a día y tus movimientos diarios se transforman en una repetición de actos, tales como ir a trabajar, tomarte una cerveza con los amigos, volver a casa y dormir, aparece algo que rompe con ese vaivén de historias cotidianas y transforma un simple martes en un día divertido y excepcional. Últimamente, aparte de mi trabajo ando haciendo pinitos por otros lares, otros trabajillos extras para conocer el mundo laboral indio y también, porque no decirlo, para sacarte un puñado de rupias en tu tiempo libre, que nunca vienen mal. El lunes por la noche y a través de un mensaje de mi amigo Dani “el galego” apareció la opción de grabar nuestras voces para un evento que no teníamos muy claro de que se trataba. ¿Por qué no? dijimos; cualquier cosa es válida para descubrir nuevos horizontes en esta ciudad. Nos citamos cerca de mi trabajo, pasamos a recoger las entradas para el show de este sábado (¡¡¡viene Tony Hawk a Mumbai!!!) y nos dirigimos a Mahim para ver que se cocía por allí. Sabíamos que tenía algo que ver  con una película de Bollywood, pero realmente íbamos a ciegas hacia aquel  lugar lleno de oscuridad y vida callejera. El grupo lo formábamos gente hispano hablante: gente de Mexico, de Perú, de Colombia incluso de Brasil. ¿Nuestro trabajo? Doblar una película llamada “Spanish Masala” y hacer ruido, mucho ruido para que el festival de la tomatina cobrara vida en la película que se estrenará a finales del mes de diciembre aquí en India. No os podéis imaginar la risa que pasamos en aquel cuarto que hacía la vez de estudio de grabación. “Tomate, más tomate” gritábamos entre las carcajadas que nos producía aquella situación tan rocambolesca: gente desconocida, metidos en una habitación de tres metros cuadrados gritando al aire lo que nos venía a la cabeza. Se pudo escuchar desde un mítico “ándale ándale aquí hay tomate” gritado por una chica mexicana hasta  “ponme una botellina sidra” que creo que no hace falta decir quien lo gritó.  Lo que en un principio iba a ser una grabación de media hora se transformó en un largo periodo de tiempo que sobrepasó las cinco horas ya que alguno de nosotros también pusimos la voz a distintos personajes de la película (que dura es la vida del artista) J.
Cuando terminamos, este, mi primer acercamiento al mundo del cine, el director decidió que hoy se continuaría con la grabación, por lo que nos citó a algunos y algunas de los allí presentes para esta tarde, para finalizar el doblaje de esta película, que por lo poco que vi, tiene toda la pinta de ser un tanto… bueno, prefiero reservar mi humilde opinión de cinéfilo sin fundamento.  Esperaré a que se estrene para conseguirla en el “Top manta indio” y hacérosla llegar.
Nuestra conclusión fue que estas cosas sólo pueden pasar en este país. Hay gente que estudia para esto, que se preparan durante cinco años para trabajar en esta industria gigantesca que es el cine; y aquí, en India, por una simple llamada de teléfono, te ves al día siguiente doblando una película de la que no tienes ni idea de cual es el argumento. Esto es India, pasen y vean…

FELIZ SEMANA

viernes, 18 de noviembre de 2011

Volviendo a las andadas

Hace varios días que no os vengo a visitar; no se si será debido a la contaminación, o al desgaste que te produce esta caótica ciudad o causas que desconozco pero mi inspiración se ha tomado unas mini vacaciones. No obstante, creo que las cosas siempre pasan por algo y estos días, cada vez que intenté ponerme delante del ordenador y plasmar mis experiencias para colarme en vuestro tiempo libre, la página del blog no estaba disponible, como si un hacker invisible no me dejara acceder a mi mundo de palabras tecleadas, como si supiera que no estaba preparado para seguir escribiendo. Supongo que la inspiración no siempre está cuando la necesitas, haciéndonos siervo de ella para cuando sea el momento de continuar con el bombardeo de anécdotas.
Bombay la nuit

Como era de suponer, y todo el que  me conoce sabrá de lo que hablo, es época de cambios en esta ciudad. Como si de un vicio se tratara me voy a cambiar de casa y de barrio. Y digo un vicio ya que no recuerdo una ciudad en la que haya vivido en la que palabra mudanza no hiciera acto de presencia. Quiero pensar que mi manera de actuar se debe a la necesidad que mi cuerpo experimenta cada poco tiempo de querer conocer algo nuevo. Si sólo vives en una zona de una ciudad dejarás de conocer otros barrios, otras calles, otros submundos. Por lo que el mes de noviembre se consumirá en el que fue mi primer barrio en Mumbai, Lower Parel, para dar paso a otras experiencias, a nuevas gentes. Dicen que el matrimonio, el divorcio y las mudanzas son las tres cosas que más estresan a una persona; pues bien, mi matrimonio va viento en popa; hace varios años que me case con la vida y en ningún momento he pensado en divorciarme de ella, por lo que dejaré que sean las mudanzas las que alteren mi ritmo de vida.

Esta enorme urbe tiene la facilidad de agotar tu energía diaria en tan solo medio día. Su intenso tráfico, el ruido constante y la alta contaminación hicieron que la semana pasada me escapara tres días al que yo recordaba como un oasis de paz y playas semidesiertas. Mi regreso a Goa estuvo marcado por quince horas de autobús que dieron para mucho. La mejor de las cosas ocurrió justo al final del trayecto, no sin antes ver como la policía desalojaba a una familia con un bebé de la “gua gua” que nos transportaba. Eran las dos de la mañana y allí, en medio de la nada, los dejaron tirados entre gritos e insultos (eso creo suponer ya que el hindi, a voces y con un ojo cerrado es difícil de entender).  Una cosa que me llamo mucho la atención de este viaje en bus fue el uso del aire acondicionado. Al empezar el trayecto te daba la sensación de estar dentro de un congelador con ruedas. El aire salía por las rendijas desesperadamente, como si nos estuviera esperando hacía mucho tiempo, con sed de venganza. ¡¡Creo que pocas veces pasé tanto frío!! Una vez el sol entraba por las cristaleras del autobús, el conductor creyó conveniente apagar el aire, convirtiendo el congelador en un horno para pollos que llevan ocho horas enfriando y en movimiento. Nunca dejarán de sorprenderme :)  Pero la espera tuvo su recompensa. Quería pasar un fin de semana tranquilo, a mi aire; inspeccionar aquel lugar que me había encandilado cuando fui con mi prima. Pero hay veces que las cosas no salen como planeas y en aquel “horno-congelador” conocí a una pareja que viajaban por India y que se iban a reencontrar con un amigo de la infancia. Sin dar tiempo a la duda decidí pasar esos días en compañía, de una gente que desde el principio sentí que me los había cruzado por algo. Nos dedicamos al relax y a pilotar una Enfield, la mítica moto india, por las carreteras llenas de selva del estado de Goa. Fue un fin de semana de los que no se olvidan. Unas personas a las que nunca olvidas.

Llenando el deposito


Y ahora toca preparar mi escapada al otro lado del océano. En tan solo un mes estaré volando rumbo a mi gente. Aunque uno ya sabe lo que es vivir separado de los suyos, nunca te acostumbras al cien por cien a las distancias. Siempre notas dentro de ti un pequeño vacío que nada ni nadie puede llenar. Los tuyos son los tuyos, eso está registrado en las leyes de la vida.


Salud, suerte y lo mejor de lo mejor para todos vosotros y todas vosotras.

FELIZ FIN DE SEMANA!!!



Vaca en primera linea de playa